Garcilaso
de la vega (Toledo-1499/ Niza-1536)
Garcilaso de la Vega y Guzmán nació en Toledo el 30
de septiembre de 1499, según la más reciente hipótesis, y murió en Niza el 13 ó
el 14 de octubre de 1536. Conformó el modelo cabal de caballero renacentista y
su obra supuso para nuestra poesía la asimilación plena de la modernidad y la
incorporación de las formas renacentistas italianas, siendo unánimemente
reconocido como “el príncipe de los poetas en lengua castellana”.
Si encarnó el arquetipo de poeta-soldado no lo fue por propia voluntad sino por la fuerza de las circunstancias. Dentro de su armadura de maestre de campo y capitán él se describió como un “conducido mercenario” y sus versos están llenos del lamento de quien se sentía forzado a ser soldado.
Una primera circunstancia determinó su futuro: Nació segundón, en el seno de una familia de la mediana aristocracia castellana, y, al uso de la época, sus padres organizaron su destino orientándolo hacia el servicio del rey.
Su vida parecía abocada a brillar en una corte refinada como correspondía a la época del esplendor renacentista; pero sobre su existencia gravitará determinantemente la personalidad militarista e itinerante de Carlos V, menos humanista que soldado, que arrastró la biografía de nuestro poeta por los campos de batalla, persiguiendo un sueño de imperio al que Garcilaso terminará sacrificando su vida.
Si encarnó el arquetipo de poeta-soldado no lo fue por propia voluntad sino por la fuerza de las circunstancias. Dentro de su armadura de maestre de campo y capitán él se describió como un “conducido mercenario” y sus versos están llenos del lamento de quien se sentía forzado a ser soldado.
Una primera circunstancia determinó su futuro: Nació segundón, en el seno de una familia de la mediana aristocracia castellana, y, al uso de la época, sus padres organizaron su destino orientándolo hacia el servicio del rey.
Su vida parecía abocada a brillar en una corte refinada como correspondía a la época del esplendor renacentista; pero sobre su existencia gravitará determinantemente la personalidad militarista e itinerante de Carlos V, menos humanista que soldado, que arrastró la biografía de nuestro poeta por los campos de batalla, persiguiendo un sueño de imperio al que Garcilaso terminará sacrificando su vida.
· Aquí tenemos un soneto:
SONETO I
Cuando me paro a contemplar mi’stado
y a ver los pasos por dó me han traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
y a ver los pasos por dó me han traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
mas cuando del camino’stó olvidado,
a tanto mal no sé por dó he venido;
sé que me acabo, y más he yo sentido
ver acabar comigo mi cuidado.
a tanto mal no sé por dó he venido;
sé que me acabo, y más he yo sentido
ver acabar comigo mi cuidado.
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